Desde el martirio del Imam Hussein (AS) en Karbalá, se viene conmemorando este evento por  los seguidores de la escuela shi´ita o jafarita, casi de una manera exclusiva. Es necesario recordar que la rebeldía del Imam Hussein (AS) nace como un gesto de inconformidad legítima ante la transformación de la sucesión del califato islámico a reinado, por herencia, por parte de Mu´áwiyah Ibn Abi Sifián, quien designó a su hijo Yazid como su sucesor, rompiendo así diversos valores de la nación islámica, e incumpliendo las condiciones que el Imam Hassan (AS) le había impuesto para ceder el poder, en un acto tendente a proteger la unión de la nación islámica.
Los hipócritas y los judíos de Medina, alegres y envalentonados por la derrota de los musulmanes en Uhud y por la masacre de las delegaciones para la difusión de la fe, buscaban una oportunidad propicia para sublevarse. Estaban empeñados en convencer a las tribus de que en Medina no había unidad y que los enemigos externos podían, en cualquier momento, derrocar al joven gobierno islámico. Para ponerse al tanto de las intenciones e ideas de los judíos de Banu Nadir, el Profeta y un grupo de sus compañeros se dirigieron a su fortaleza en la cual vivían. Su objetivo aparente era pedirles ayuda en el pago de la indemnización mencionada en el capítulo anterior, ya que ellos habían establecido una alianza tanto con los musulmanes como con la otra tribu, la de Banu Amer. En semejante circunstancia era un deber ayudarse mutuamente.
""…Yo no conozco seguidores más leales y virtuosos que mis seguidores, ni familia alguna más leal y virtuosa que mi Familia. Que Dios os recompense bien por amor a mí. En verdad, yo no creo que nos queden más días concedidos por esos hombres. Os permito que me dejéis. Os podéis ir todos vosotros con la absolución de vues­tro juramento de seguirme, ya que no habrá más obli­gación de vosotros hacia mí. Ésta es una noche cuya oscuridad os cubrirá; usadla como camello (o sea, os podéis ir aprovechando la oscuridad de la noche)""… Zuhayr Ibn Al-Qayn, que Dios tenga piedad de él, dijo:“Por Dios, yo preferiría ser matado y luego ser vuelto a la vida, y luego matado 1.000 veces de esta forma para que, de esta manera Dios, el Todopoderoso y Al­tísimo, protegiese tu vida y las vidas de estos jóvenes de tu Familia” …‘Alí Ibn Husain, Zain Al-‘Abidin (P), reportó: Cuando la caballería empezó a acercarse a Husain, él le­vantó las manos y dijo: “¡Oh Dios!, es en Ti en Quien yo confío en medio de todo el sufrimiento. Tú eres mi esperanza entre tanta violencia. Tú eres mi confianza y provisión en todo lo que me suceda, sin importar cuánto parezca que el corazón se debilite por ello, que las trampas hagan que parezca que mi fuerza disminuye, que los amigos puedan de­sertar y que el enemigo se regocije por ello. Ello viene sobre mí por Tí y cuando me quejo de ello ante Ti es por mí deseo de Tí, sólo de Tí. Tú me has consolado en todo y me has revelado el sig­nificado de ello. Tú eres el Dueño de toda gracia, el Poseedor de toda bondad y la Satisfacción Final de todo deseo”…
“Que la gente del mundo sepa que yo no soy un rebelde deseoso de la guerra, que no soy un corrupto ni un desobediente que busca una posición, como tampoco soy un opresor. No tengo tales propósitos. Mi levantamiento es de reforma. Yo me he revelado para reformar la nación de mi abuelo. Yo quiero ordenar lo bueno y prohibir lo malo.” Hussein (P)
Este es un relato de la vida del Imam que sucedió a Husain Ibn ‘Ali (P), dando la fecha de su nacimiento, la evidencia de su Imamato, la edad que alcanzó, el periodo de su sucesión (jilâfa), la ocasión y causa de su muerte, el lugar de su sepultura y el número de hijos que tuvo. También proporciona una selección de los repor­tes históricos acerca de él.
La fe en todos los profetas, el no establecer diferencias entre ellos en cuanto a confirmar sus profecías, la aceptación de todos los mensajes y los conocimientos que descendieron sobre ellos y la no distinción entre ellos (en cuanto a aceptar a algunos y rechazar a otros), es necesario para cada hombre . El desmentir a uno es como desmentir a todos ellos y negar un juicio de Dios es como negar todas las leyes de Dios .Por supuesto la obligación práctica de cada comunidad (Ummah) en cada tiempo es seguir las órdenes y disposiciones de cada profeta de su tiempo y de esa comunidad.
La tragedia de Karbalá fue una calamidad tan terrible que en todo el curso de la historia ningún reformador social tuvo que enfrentar un desastre tal como el que enfrentó el nieto y bien amado del Profeta (a.s.), el Imam Husain (a.s.). Ciertamente este hecho ha afectado el corazón de todos los musulmanes, enfurecido y llenado de pesar para siempre. El Imam Purificado (a.s.) considera que las calamidades que cayeron sobre Su Eminencia jefe de los Mártires es la mayor de las calamidades, y la tragedia de Karbalá ha rodeado la completa existencia de Su Eminencia, el Imam Mahdi (a.s.). Es por ello que Su Eminencia llora y recita la Ziyarat (salutación) con absoluta sinceridad y desde lo más profundo de su corazón. Es la salutación conocida como Ziyarat an- Nahiya. Está llena del dolor y la angustia de Su Eminencia. En ella Su Eminencia describe las variadas dificultades y penosas calamidades que cayeron sobre el Imam Husain (a.s.) y los penosos incidentes que las hijas (descendientes) del Mensajero de Dios (P) tuvieron que soportar...
El tercer tema fundamental en el asunto de la veracidad de quien se declare profeta es responder a la pregunta de cómo se puede probar o fundamentar a los demás la veracidad de los profetas legítimos y cómo desmentir a los falsos profetas. Sin dudas una persona corrupta y pecaminosa cuya indecencia es comprendida por el intelecto no gozará de confianza y no será avalado. Teniendo en cuenta la condición de la infalibilidad en los profetas podrá afirmarse la falsedad de su pretensión (de ser infalibles) si no lo fueran, especialmente si invitasen a asuntos que se oponen a la razón y a la naturaleza innata o si en sus palabras existiesen contradicciones.
La noticia del triunfo islámico en Badr fue adelantada en Medina por dos soldados musulmanes. Aún el ejército triunfante no había regresado a la ciudad cuando un hábil y elocuente poeta llamado Ka‘b Ashraf, de madre judía, enfurecido por la noticia, había comenzado a difundir informaciones falsas por todos lados. Ya era conocida su inclinación a componer poesías contra el Profeta y en elogio y estímulo de sus adversarios. Cuando se enteró del éxito de los musulmanes dijo: “Sin duda que debajo de la tierra se está mejor que sobre ella”. Seguidamente partió hacia la Meca y allí comenzó a recitar y difundir poemas instigadores. A su regreso a Medina sus incitaciones insidiosas no tenían límite. Era tal su furia que en muchas de sus diatribas llega hasta a ofender a las mujeres musulmanas. Un hombre así era el ejemplo vivo del “corruptor de la tierra”: “El único castigo para quienes luchan contra Dios y Su Mensajero y siembran la corrupción en la tierra consiste en que se le ajusticie o se le amputen la mano y pie opuestos, o se les destierre. Tal será para ellos una afrenta en este mundo y en el otro sufrirán un severo castigo.” (5:33)
Alabado sea Dios, el Altísimo en Su Unicidad, el Único en Su Singularidad. Glorioso en Sus dominios y Magnánimo en los pilares de Su creación. Su conocimiento todo lo abarca, sin ocupar lugar ni desplazarse. Todo se encuentra bajo el dominio de Su poder y Su razón. Su grandeza y Su magnificencia no tienen límites Ha sido alabado eternamente y será alabado para siempre. Él es el origen y el principio y todo regresará a Él...

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