“Hay gente que obedece a Dios para ganar sus favores y actúan igual que los empresarios, comerciando con Dios. Hay quienes obedecen a Dios por mantenerse libres de cólera, actuando como esclavos. Pero hay pocas personas que obedecen a Dios por un sentido de gratitud y obligación, actuando de manera noble y correcta” Nahyul Balaghah.Y es precisamente esa cualidad incomparable y majestuosa que tenía Ruhullah Al-Musawi Al-Jomeini, más conocido como el Imam Jomeini (r.a.), el hombre de carne y hueso que nació el 20 de Yamadi Az-zani de 1902, en una ciudad llamada Jomein, a 300 Kms. al sur de Teherán, que tras 26 años de su partida hacia la otra vida, precisamente el 3 de Junio de 1989, continúa hoy más que nunca vivo en el pensamiento de cada uno de musulmanes; así como en el de sus admiradores y simpatizantes del mundo entero.

El Imam Jomeiní fue un hombre multidimensional en su proyección como político, pensador, poeta, revolucionario, jurista y místico. El legado de Imam Jomeiní a recorrido todos los rincones del planeta, en múltiples lenguas se le ha nombrado y en espacios geográficos donde era insospechado que creciera el árbol de la esperanza en Imam Mahdi (Que Dios apresure su regreso) se dieron frutos maravillosos gracias a su inspiración.Así ha sido en América Latina .Este artículo profundiza en la impronta que el pensamiento político de Imam Jomeiní ha causado en los movimientos sociales de latinoamérica .

Vimos en el primer tomo sobre el Monoteísmo que los asuntos más fundamentales que una persona racional debe resolver para tener una vida humana y sabia son los siguientes:
1- ¿De dónde proviene la existencia del universo y del ser humano?
2- ¿Cuál es el fin de la vida y el objetivo último del hombre?
3- Teniendo en cuenta las necesidades de cada hombre para conocer el camino de vida correcto y transitarlo para alcanzar la felicidad deseada, ¿qué medios se han garantizado para conocer este camino? ¿Quién los posee?...

El conocimiento que poseía el 8vo Imam ayudó no sólo a difundir el islam; sino también a ser un referente e imagen de la ciencia en el ámbito de la academia científica, por sus grandes aportes y contribuciones en esa área y porque en sus ponencias, así como en las sesiones y reuniones científicas que impartía no sólo estaban reservadas para los musulmanes shiítas, o también para eruditos sunitas.

El Sol del Imâmato se presenta en cada uno de los doce Inmaculados Imâmes con una luminosidad diferente; pero por cualquier punto cardinal que rompa el alba, su luminosidad y claridad, atrae la atención de las miradas. Su calor y resplandor ofrecen vida y dan existencia. Desde las púas de los matorrales del desierto, hasta los altos árboles de los verdes jardines, todas y todos necesitan de su luminosidad y calor. Ninguna hoja puede subsistir sin la calidez de sus rayos, y ninguna rama da fruto sin haber aprovechado de la misericordia de su esplendor… Así es, si nuestro Mundo careciesede esta luz, decaería.

Uno de los signos seguros de la reaparición del Imam Esperado (a.s.) es la llegada del Sufyani, uno de los pilares de la maldad y la corrupción sobre la tierra.
Algunas fuentes explican que el Sufyani es del linaje de Jalid ibn Yazid, un descendiente de Abu Sufyan, el más viejo enemigo del Santo Profeta (a.s.) y del Islam. Realmente este clan fue alimentado con el único fin de la animosidad malvada hacia el Islam y el Corán.
Tendrá un cuerpo robusto, rostro inflamado y una mancha blanca en el ojo.

Los reportes de tradiciones del Profeta del Islam y los Imames Purificados (a.s.) sobre el asunto de la reaparición de Su Eminencia el Imam Mahdi (a.s.) mencionan los signos y los portentos de su advenimiento. Ellos mencionan el lugar y el momento en que reaparecerá. Sin embargo, los signos de la reaparición pueden ser clasificados dentro de dos categorías: señales probables y señales innegables de su reaparición.

El alcohol y los embriagantes en general constituyen uno de los mayores azotes de las sociedades humanas. Para justificar nuestro rechazo a este mortal veneno es suficiente decir que atenta contra el mayor capital que posee el hombre: su razón. La felicidad del hombre está garantizada por el intelecto. Todos sabemos que en el intelecto radica la diferencia entre el ser humano y los otros seres vivos. Y el embriagante es justamente su anulador. Esta prohibición se encuentra en los mandatos de todos los Mensajeros y Profetas enviados por Dios y tiene vigencia en todas las religiones sin excepción.

Debido a su importancia, este tema se constituyó en eje de muchas otras controversias e incluso, en uno de los principios doctrinarios independientes de ambas escuelas shiíta y mutazilita.
Debe señalarse que los Asharitas no niegan la Justicia Divina, ni atribuyen a Dios injusticia. El Sagrado Corán afirma de modo explícito la Justicia de Dios y rechaza de Su Santificada Esencia todo tipo de opresión. La controver¬sia teológica no se centra en la aceptación o no de este Atributo sino en la capacidad del intelecto humano para conocer, con independencia de la Revela¬ción o la Tradición profética, el carácter justo o injusto de una acción, o si puede delimitar una serie de preceptos y normas éticas que abarquen también a las acciones divinas y juzgar de acuerdo a ellas la necesidad de la realización u omisión de un determinado acto por parte de Dios.

Por todo ello, fue anunciado por todos los Mensajeros que lo precedieron, y tal mención figura en la Biblia:«Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande». (Deuteronomio 18:18)«Y luego pone el libro frente a quien no sabe leer, diciendo: «Ea, lee eso»; y dice este: ''No sé leer''». (Isaías 29:12)«Y yo [Jesús] pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre». (Juan 14:16)«Pero el Paráclito, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho». (Juan 14:16)«Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí». (Juan 15:26)«Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré». (Juan 16:7)...