Es un placer para mí poder acompañarlos aquí, en esta Facultad de Humanidades y poder invitar a ustedes para dialogar juntos, especialmente acerca de un tema tan importante como lo es el ser humano. Acerca de Irán ustedes habrán escuchado muchas cosas, pero desgraciadamente, como la gran mayoría de las cosas que se saben y se escuchan a través de los medios de comunicación, por lo general, tienden a tergiversar mucho de la información, así que es una muy buena oportunidad para poder hablar de estos temas directamente. Bueno, una de las intenciones que tenemos nosotros en este tipo de encuentros y diálogos, es para que de alguna manera podamos conocernos mutuamente. En este caso hay un tema importante que va a ser el eje de nuestra conversación, acerca del pensamiento teórico de la revolución islámica, que seguramente pudiendo unir objetivos en común entre Medio Oriente y América Latina, tendrá sus efectos a nivel mundial. Y uno de los temas fundamentales que es un eje en el pensamiento revolucionario, tiene que ver con los derechos humanos. Cuando hablamos de derechos humanos, no hablamos sólo de la dimensión de derechos sino también de las obligaciones y las responsabilidades del hombre y lo más importante es cuál es el referente y el criterio que debemos tomar en cuenta para hablar de los derechos humanos...
Uno de los muchos logros de la Revolución Islámica de Irán; instaurada la República Islámica es el respeto por las minorías religiosas, a quienes desde hace 42 años se las protegen y se las respetan, siendo los seguidores de estas creencias respetados por todas las autoridades de la nación persa, siendo una muestra contundente de ello las visitas del Jefe de Estado, el Ayatolá Jamenei a sus domicilios, este respeto y esta convivencia armónica obedece también a los axiomas cristalizados en la Constitución Iraní cuando señala que: “Las minorías religiosas reconocidas gozan de libertad con la condición de que no vulneren los principios de la independencia, de la libertad, de la unidad nacional y los preceptos islámicos, así como los fundamentos de la República Islámica. A nadie se puede impedir ser miembro de alguna, del mismo modo que tampoco se puede obligar a nadie que se afilie o se asocie a cualquiera de ellas”. (art.26)
El mundo ha tenido y siempre tendrá, mientras exista, una trayectoria especial y un cierto orden que lo conducen por su camino de perfección hacia el fin determinado. Sin embargo, el tiempo que se asume para la vida cósmica no es preciso ya que el tiempo es algo continuo, inherente al movimiento. Por lo tanto, todo movimiento tiene su propio tiempo distinto. El tiempo convencional con el que estamos familiarizados los humanos se mide por la duración del día y la noche y como ésta es una unidad evidente para todos, entonces medimos con respecto a ella nuestros eventos particulares...El cambio y la evolución en los constituyentes del mundo es obvio e innegable. De ahí que el Corán diga: “No hemos creado los cielos y la tierra y lo que entre ambos hay, sino con la verdad y por un tiempo determinado....”
La mayoría de los medios de comunicación en occidente, haciendo uso de su postura intolerante e islamófoba han mostrado a la mujer musulmana como esclava y sometida a los hombres, siendo que estas aseveraciones son totalmente demagógicas y fuera de la verdad; pues el vestir prendas distintas a la cultura occidental o tener comportamientos enmarcados en su fe, no significa que ellas sean inferiores a la cultura occidental, ya que para las mujeres musulmanas la vestimenta o el manto islámico es una obligación religiosa, la misma que si no es comprendida desde las dimensiones espirituales difícilmente será entendida.
‘Abdul Razzaq Nawfil, investigador contemporáneo egipcio, en el libro «El Milagro numérico del Corán», se ocupó en investigar las maravillas del Corán en lo relacionado al orden numérico. El Profesor ‘Abdul Razzaq escribe respecto a su propio libro: «De entre los favores de Dios Altísimo hacia mí está que mientras escribía el libro «El Islam, religión y vida mundana», me guió para que me diera cuenta que el término Dunia –vida mundana- en el Corán ha sido repetido en el Corán igual de veces que fue repetido el término Ajirah –el más allá-. Además cuando preparaba el libro «El mundo de los genios y los ángeles» me indicó que la expresión Malâ’ik -ángeles- se repitió igual número de veces en el Corán que Shaiâtin -demonios- y yo mencioné estas conclusiones en los dos libros mencionados. En esos momentos yo no sabía que esta armonía abarcaba a todo lo que el Corán mencionaba. Desde entonces, cualquier investigación que hacía en el Corán, llegaba a una conclusión maravillosa, ya sea que los temas de investigación fuesen semejantes o contrapuestos, ¡y eso es un milagro! Es una imagen de las diferentes imágenes de los milagros. Es algo superior a la fuerza humana y más elevado que los límites del intelecto del hombre y me pareció que aquello a lo que Dios me orientó debería ser propagado y divulgado para hacer conocer a la gente este nuevo aspecto del milagro coránico».
Los enemigos externos e internos de un tiempo a esta parte se han dado a la tarea de atacar a los iraníes, cuando paradójicamente quedan en silencio cuando Arabia Saudita ejecuta a musulmanes shiitas por emitir opiniones en contra la monarquía Al Saúd.
Mul.la Sadra debe haber retornado a Shiraz aproximadamente de 1010 Hégira (1602 d. C). Había heredado una gran fortuna y muchas propiedades de su padre, las que debería administrar, lo que pudo haber sido la razón de su retorno.Poseedor de una inmensa fortuna y de un vasto océano de conocimiento, sobretodo, en el campo de la filosofía, se le presentaban entonces varias ideas innovadoras. Así, él comenzó a enseñar en Shiraz, y un grupo de estudiantes oriundos de distintas partes del país comparecieron a sus clases. Considerando esto, sus rivales que, como muchos filósofos y teólogos, seguían ciegamente a los filósofos anteriores, y que sentían que su posición social estaba en riesgo, comenzaron a perseguirlo, ridiculizando sus ideas e insultándolo, ya sea para defender sus propias ideas o apenas por envidia.
Tocar o besar a los santuarios del Profeta y los imames no implica idolatría, ni asociar a esa persona en particular con Dios, porque Dios tiene la soberanía definitiva en este universo y los musulmanes se someten, adoran y buscan la ayuda de Dios. Visitar las tumbas no es más que un gesto de respeto. Si el Profeta o los imames vivieran, la gente por admiración y respeto estrecharían sus manos o los besarían. Ya que están muertos y la gente sabe que sus santuarios sagrados contienen sus cuerpos y tal vez sus almas, entonces, tocar o besar sus santuarios es una forma de renovación de lealtad y fidelidad a estos líderes. La gente es muy consciente del hecho que los santuarios son hechos de un material común y los fieles saben que esto no tiene el poder de beneficiar o dañar, sin embargo, el respeto y el homenaje es para lo que representan estos santuarios--las almas de estas grandes personalidades. Además, estar presente en el recinto de los santuarios sagrados le da al creyente una sensación de estar en un lugar sagrado y santo.
Muchas de las personas que no reflexionan y no poseen una mirada profunda en los asuntos doctrinarios suponen que la diferencia entre los shi’as y los sunnas acerca del Imamato, es meramente que los shi’as creen que el noble profeta (BPD), eligió a ‘Ali ibn Abi Talib como sucesor para administrar los asuntos de la sociedad, pero los sunnitas creen que tal cosa no ocurrió y la gente designaron a un gobernante de acuerdo a su propio deseo y éste designó personalmente a su propio sucesor. Luego en tercer lugar, se delegó en un grupo de seis personas la designación del sucesor y el cuarto califa fue nuevamente elegido por designación pública. Por lo tanto, no existía una fórmula especial para elegir al sucesor entre los musulmanes, por ello, luego del cuarto califa, quien ostentase mayor fuerza militar ocupaba este rango, así como en (muchos de) los países no islámicos, más o menos, las cosas se dirimen de este modo.
Desgraciadamente muchos medios de comunicación tergiversan la información y, generalmente, adjudican al Islam lo que no es del Islam, adjudican al Corán lo que no es del Corán. Muchas veces se cuestionan cosas que están en el Corán sin mencionar que aparecen en la Tora y en los Evangelios. A veces hay cuestiones que aparecen diez veces más en la Tora y en los Evangelios, pero porque está en el Corán se critica y no se critica lo demás. Uno de estos es la vestimenta islámica. Dicen ustedes por qué en el Corán se habla del hijab, la vestimenta islámica; es una ley que existía desde antes de la revelación coránica, es una ley que existía ya en los textos sagrados de los judíos y los cristianos. El hijab es una cuestión que aparece en la Biblia. En cambio, el Islam es una religión multidimensional, el Islam no habla únicamente de los temas espirituales y religiosos, si no que es mucho más abarcadora, incluyendo temas sociales, de justicia, temas económicos, temas referentes a las distancias entre las clases sociales, temas que van desde los derechos humanos a los derechos de la mujer, los derechos de los niños; habla de la familia, habla de las relaciones internacionales, habla de la guerra y de la paz, habla del matrimonio y del divorcio. En fin, es una religión que, en su revelación, aparece múltiples dimensiones y no deja de lado ningún vacío en las distintas disciplinas de la vida del ser humano...

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