Tocar o besar a los santuarios del Profeta y los imames no implica idolatría, ni asociar a esa persona en particular con Dios, porque Dios tiene la soberanía definitiva en este universo y los musulmanes se someten, adoran y buscan la ayuda de Dios. Visitar las tumbas no es más que un gesto de respeto. Si el Profeta o los imames vivieran, la gente por admiración y respeto estrecharían sus manos o los besarían. Ya que están muertos y la gente sabe que sus santuarios sagrados contienen sus cuerpos y tal vez sus almas, entonces, tocar o besar sus santuarios es una forma de renovación de lealtad y fidelidad a estos líderes. La gente es muy consciente del hecho que los santuarios son hechos de un material común y los fieles saben que esto no tiene el poder de beneficiar o dañar, sin embargo, el respeto y el homenaje es para lo que representan estos santuarios--las almas de estas grandes personalidades. Además, estar presente en el recinto de los santuarios sagrados le da al creyente una sensación de estar en un lugar sagrado y santo.
Mul.la Sadra debe haber retornado a Shiraz aproximadamente de 1010 Hégira (1602 d. C). Había heredado una gran fortuna y muchas propiedades de su padre, las que debería administrar, lo que pudo haber sido la razón de su retorno.Poseedor de una inmensa fortuna y de un vasto océano de conocimiento, sobretodo, en el campo de la filosofía, se le presentaban entonces varias ideas innovadoras. Así, él comenzó a enseñar en Shiraz, y un grupo de estudiantes oriundos de distintas partes del país comparecieron a sus clases. Considerando esto, sus rivales que, como muchos filósofos y teólogos, seguían ciegamente a los filósofos anteriores, y que sentían que su posición social estaba en riesgo, comenzaron a perseguirlo, ridiculizando sus ideas e insultándolo, ya sea para defender sus propias ideas o apenas por envidia.
Muchas de las personas que no reflexionan y no poseen una mirada profunda en los asuntos doctrinarios suponen que la diferencia entre los shi’as y los sunnas acerca del Imamato, es meramente que los shi’as creen que el noble profeta (BPD), eligió a ‘Ali ibn Abi Talib como sucesor para administrar los asuntos de la sociedad, pero los sunnitas creen que tal cosa no ocurrió y la gente designaron a un gobernante de acuerdo a su propio deseo y éste designó personalmente a su propio sucesor. Luego en tercer lugar, se delegó en un grupo de seis personas la designación del sucesor y el cuarto califa fue nuevamente elegido por designación pública. Por lo tanto, no existía una fórmula especial para elegir al sucesor entre los musulmanes, por ello, luego del cuarto califa, quien ostentase mayor fuerza militar ocupaba este rango, así como en (muchos de) los países no islámicos, más o menos, las cosas se dirimen de este modo.
Desgraciadamente muchos medios de comunicación tergiversan la información y, generalmente, adjudican al Islam lo que no es del Islam, adjudican al Corán lo que no es del Corán. Muchas veces se cuestionan cosas que están en el Corán sin mencionar que aparecen en la Tora y en los Evangelios. A veces hay cuestiones que aparecen diez veces más en la Tora y en los Evangelios, pero porque está en el Corán se critica y no se critica lo demás. Uno de estos es la vestimenta islámica. Dicen ustedes por qué en el Corán se habla del hijab, la vestimenta islámica; es una ley que existía desde antes de la revelación coránica, es una ley que existía ya en los textos sagrados de los judíos y los cristianos. El hijab es una cuestión que aparece en la Biblia. En cambio, el Islam es una religión multidimensional, el Islam no habla únicamente de los temas espirituales y religiosos, si no que es mucho más abarcadora, incluyendo temas sociales, de justicia, temas económicos, temas referentes a las distancias entre las clases sociales, temas que van desde los derechos humanos a los derechos de la mujer, los derechos de los niños; habla de la familia, habla de las relaciones internacionales, habla de la guerra y de la paz, habla del matrimonio y del divorcio. En fin, es una religión que, en su revelación, aparece múltiples dimensiones y no deja de lado ningún vacío en las distintas disciplinas de la vida del ser humano...
Fuimos juntos a la casa de mi amigo. Al llegar le dije: «A quien debes agradecer es a don Ibrahim, no a mí, porque yo no tengo la capacidad de cargar y llevar ocho kilómetros a una persona sobre mis hombros. Especialmente sobre un terreno montañoso. ¡No he sido yo quien te ha rescatado!» Hice una pausa, y continué explicándole: «… es por eso que entendí que quien te cargó ese día fue alguien que habla poco, tiene la misma estatura que yo y una fuerza física superior a la mía. ¡Entendí que solo pudo haber sido Ibrahim!» Me le quedé viendo a Ibrahim que no decía ni una palabra. Lo insté: «¡Te juro por mi ancestro [el Profeta] que si no dices nada me enfadaré contigo!» Pero Ibrahim seguía callado, parecía nervioso. Finalmente me preguntó: — ¿Qué quieres que diga? — Hizo una pausa, y relató: — Ese día yo ya me retiraba del campo de batalla cuando vi que él estaba tirado. Ya no había nadie más, era tal vez la última persona… Estaba muy obscuro, le vendé el pie que sangraba mucho. En el camino me llamaba continuamente «seyyed», por lo que entendí que era uno de tus amigos, y no le dije nada… Lo dejé con el personal de enfermería...
El primer año de la emigración a Medina el Profeta elaboró un documento para poner fin a las divisiones internas que sacudían esa ciudad. En conjunto, tanto los ausíes como los jazrayíes y los judíos se comprometieron por igual a defender la ciudad la en un capítulo anterior nos hemos referido detalladamente a ello. Además el Profeta (B.P.) estableció un pacto exclusivo con los judíos de Medina por el cual éstos serían ejecutados y despojados de sus pertenencias, mujeres e hijos si perjudicaban al Profeta o a sus seguidores o si proveían de armas o monturas a sus enemigos. Las tres tribus judías quebrantaron, este pacto. Banu Qanuqa lo hizo al matar a un musulmán; Banu Nadir al planear el asesinato del Profeta, quien los obligó por ello a abandonar el territorio de Medina y Banu Quraida quebró el convenio colaborando íntimamente con el ejército árabe confederado. Veamos ahora cual fue el proceder del Mensajero de Dios para con ellos...
El noble profeta del Islam (BPD), luego de su emigración a Medina y de recibir él y los musulmanes que emigraron de Meca (los Emigrados), el auxilio sin reservas de la gente de esa ciudad que les valió el orgulloso apodo de Ansâr, los Auxiliadores, constituyó una sociedad islámica y se dedicó al gobierno de sus asuntos. La mezquita del profeta, además de ser el centro de la adoración comunitaria, la difusión del mensaje divino y la educación y la enseñanza de la gente, fue también el refugio de los emigrados y los desposeídos y el lugar donde se atendía a sus necesidades económicas. También fue el lugar donde se juzgaba, se impartía justicia entre partes litigantes y se tomaban decisiones militares y el envío de fuerzas a los frentes de batalla y el resto de los asuntos de gobierno. En otras palabras, el gobierno de los asuntos mundanos y espirituales de la gente era llevado a cabo por el noble profeta (BPD) y los musulmanes se veían en la obligación de obedecer sus órdenes puesto que Dios Altísimo, además de exhortar a la obediencia incondicional con respecto a las órdenes del profeta , específicamente en los asuntos políticos, judiciales y militares, dio órdenes enfáticas para la subordinación con respecto a Su Mensajero (BPD).
El Profeta expulsó de Medina a los judíos de Banu Nadir debido a su violación del pacto suscripto entre ambas partes. Banu Nadir al emigrar se estableció parte en Jaibar y parte en Sham (DamascoSiria). Los líderes de Banu Nadir, en plan de venganza, se empeñaron en conspirar contra el Islam. Una delegación viajó a la Meca e instó a los quraishitas a emprender la guerra contra Muhammad, formando una gran coalición en su contra. Sucintamente digamos que en esta batalla se formó una poderosa coalición integrada por los inicuos árabes y los judíos que sitió la ciudad de Medina durante un mes. Los musulmanes, dado que debían enfrentar una alianza más amplia que las anteriores, se atrincheraron en la ciudad y cavaron un foso o zanja alrededor de la misma, y es por este motivo que esta guerra se conoce con uno de dos nombres: batalla de los confederados” (Al-Ahzab), o bien “batalla del foso” (Jandaq).
Teniendo en cuenta el carácter imperecedero de la religión del Islam se niega la posibilidad de que surja otro profeta que abrogue la jurisprudencia islámica. Sin embargo, puede quedar en pie la opinión de que pueda venir otro profeta que difunda y expanda el Islam, tal como muchos otros profetas anteriores han tenido esa misión (con respecto a otras revelaciones anteriores a ellos), sean profetas contemporáneos con quienes portaban la shari’a o jurisprudencia divina como el caso del profeta Lot, la paz sea con él, que era contemporáneo del profeta Abraham, la paz sea con él, y seguía su ley, o bien, profetas que eran enviados con posterioridad pero bajo la misma ley que el mensajero anterior, como la mayoría de los profetas de Bani Israel (Los Hijos de Israel, las doce tribus).
La gran marcha de Arbain, continúa más viva que nunca, y seguirá siendo la peregrinación que nunca terminará, oportunidad para desarrollar no sólo el amor al Imam Husain (P) y los mártires de Karbalá; sino a todos los mártires que continúan derramando su sangre en su resistencia a la opresión de la arrogancia mundial; pues Arbain es “El fuego ardiente en los corazones de los creyentes que nunca se apagará”.

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