Los acontecimientos que desde hace algo más de una década vienen agitando el mundo árabe e islámico han convertido a éste en motivo de curiosidad periodística e intelectual. La reafirmación de valores religiosos con fines políticos ha motivado que muchas miradas busquen una nueva consideración del proceso de cambio social que allí se está dando. Para explicar este proceso, Occidente suele recurrir a categorías y conceptos sociales que no tienen nada que ver con la realidad de ese mundo, precisamente porque en él las creencias religiosas, que se están reafirmando sólidamente, se presentan como la única seña de identidad frente a la dominación occidental que hasta hace poco ha sufrido.

Hablar del conocimiento, la sabiduría y de los derechos que la mujer musulmana posee, borrando por completo los estereotipos que en la actualidad se tiene al respecto sobre ella, es remontarnos a 14 siglos antes de que, tras muchas luchas y batallas en países Occidentales se comenzaran a establecer derechos para la mujer; no obstante, de ello el islam ya había otorgado los suyos a la mujer musulmana.

Más de 20 millones de personas se enfrentan en estos momentos a la inanición y al hambre en 4 países africanos: Yemen, Sudán del Sur, Nigeria y Somalia, que, de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, es la mayor recesión humanitaria desde la creación de esta entidad en 1945.

Entre el 10 y el 16 de abril de este año 2017, en gran parte del mundo, la sociedad civil, organizaciones políticas e incluso gobiernos están realizando una serie de actividades, conferencias y encuentros en solidaridad con el pueblo palestino bajo el nombre de “Semana Mundial Contra el Apartheid Israelí”.Un ciclo de actividades cuyo objetivo es visibilizar y condenar las violaciones a los derechos humanos contra la sociedad palestina, por parte de Israel. Una palestina que sufre la ocupación de su territorio desde el año 1948. Una semana abierta también a la crítica abierta y lucha contra el sistema de apartheid instalado por la entidad sionista y su ejército de ocupación, tanto en la Ribera Occidental como en la Franja de Gaza. Esto, mediante una política colonial y racista que ha sido condenada en innumerables oportunidades por las propias Naciones Unidas.

“Muchas escuelas permanecieron cerradas durante el resto del año escolar. Pero en algunas comunidades los padres, madres y maestros, tal vez en un esfuerzo por devolver a sus hijos un poco de la normalidad que la guerra les había robado, improvisaron aulas allí donde el espacio lo permitía. Poco a poco, los salones y jardines de algunas casas familiares se llenaron de niños, de unos cuantos asientos o, sencillamente, de alfombras y una pizarra. Un par de horas de clase al día en las que la guerra se olvidaba… aunque seguía allí, muy cerca”.

Nos encontramos en Ramadán, noveno mes del calendario lunar, el cual es celebrado por más de mil 700 millones de personas que profesan el Islam en el mundo y suponen un 22 por ciento de la población global. El cual recobra en importancia puesto que en éste no sólo fue revelado el Sagrado Corán; sino que también es obligatorio el ayuno, como un pilar de fe del islam.

No se puede pensar hoy en día en una sociedad mono cultural, mona religiosa, es imposible; pues la religión, las culturas, el mundo es totalmente diverso, existen miles de culturas, miles de costumbres, más bien se debe pensar en que la práctica religiosa sea un factor de integración, ya que como está el mundo, se necesita también la unificación, y no el olvido de Dios.

Todas las culturas, en virtud de su propia historia, desarrollo como sociedad, calendarios en uso u otros elementos presentes, suelen celebrar el término de un año y el nacimiento de uno nuevo. Es la necesidad de dar un quiebre a una etapa y dar inicio a otra, momento en el cual el meditar, el recordar y la esperanza de un mejor futuro se conjugan en un mismo momento.

La tristeza por la pérdida de su padre afectó a Fátima (P) terriblemente y esto pavimentó el camino para que las enfermedades la atacaran y la debilitaran hasta mantenerla en cama. La muerte caminaba hacia ella rápidamente siendo aún muy joven. Era tiempo para que se reuniera con su padre, quien la había abandonado y se había llevado consigo su cálido amor y bondad. Impacientemente esperaba el momento para reunirse con su amado y bondadoso padre, para quejarse ante él de lo que su gente le había hecho sufrir.Cuando los signos de la partida aparecieron, Fátima (P) le dijo a primo el Imam Ali (P) su última voluntad, le pidió que la enterrara bajo la oscuridad de la noche y que no permitiera que ninguno de aquellos que le habían hecho daño participaran en su funeral ya que ellos eran sus enemigos y los de su padre. Ella pidió que la dejarán en su tumba y dejaran está sin ningún símbolo que permitiera identificarla, debido a su enojo con aquellas personas. Le pidió que se casara con Ummul Banin, quien criaría a sus hijos Al-Hasan (P), Al-Husain (P) y Zaynab de la mejor manera. El Imam Ali (P) le aseguró que cumpliría su voluntad.

La familiarización del Islam con los legados del mundo antiguo aparece tan magnífico en el presente que, posiblemente excepto al levantamiento científico-técnico de los cien años reciente en Japón, no se puede encontrar algo semejante en la historia del mundo. El fervor y el entusiasmo que mostraron los musulmanes en la época de la gloria de su imperio les llevaron a ...