La religión que ha llegado para mostrarle al hombre el camino hacia la felicidad desde el comienzo hasta el final del tiempo, no puede ser indiferente a un asunto el cual necesitan todas las sociedades, tal como lo es un gobierno. En otras palabras, las normas y regulaciones del Islam son de tal manera que dependen de un gobierno y sin éste el Islam no puede mantenerse con vida.
Gustavo Muytaba Zehnder, musulmán chileno quien estudió Historia de la Civilización Islámica con mención especial en “Al Ándalus” por la Universidad Internacional Al Mustafá nos absolverá algunas interrogantes respecto a la presencia del islam en la península Ibérica y su repercusión en la sociedad actual.
Antes de la entrada del Imam a la Meca, ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, hijo del segundo califa, ‘Umar Ibn al Jaṯṯâb, ya estaba allí para realizar el ‘Umrah preferible y hacer algunos trabajos personales. Cuando decidió volver a Medina, durante los primeros días en que el Imam Ĥusaîn entró a Meca, lo visitó y le propuso paz, conciliación y juramento de fidelidad a Îazîd y, además, le advirtió acerca de las peligrosas consecuencias de la oposición a los opresores pudiendo llegar a una guerra. Según lo narrado por Jûâriẕmî, dijo lo siguiente: “Oh padre de ‘Abudul-lâh! Debido a que la gente le ha jurado fidelidad y a que es él quien posee dirhams (monedas de plata) y dinares (monedas de oro), seguramente se inclinarán hacia él.
Habían transcurrido ya tres años desde el inicio de la misión profética cuando el Enviado de Dios, luego de convocar a sus parientes según ya se relató, comenzó la proclama general del Islam.Un día ascendió a la colina de Safa y con fuerte voz clamó: “la Sabaaha”, expresión comúnmente usada para advertir a las multitudes en una ocasión importante, o también para difundir públicamente noticias terribles.
Los musulmanes contaron entre los siglos IX y XVII con grandes historiadores que escribieron obras memorables. Gracias a Dios, y al trabajo de estos eruditos y de los arabistas e islamólogos occidentales, es que se ha podido reunir muchos de estos datos y elaborar una mínima cronología del Islam.
No por Dios, seguiré este mismo camino hasta llegar a lo que Dios destine para mí. Conclusión: de esta respuesta del Imam (la paz sea con él) se deduce que su salida de Medina no fue por miedo o con el fin de escaparse, pues en este caso, podía aprovechar, al igual que Ibn Ẕubaîr, dirigirse por caminos montañosos en lugar de ir por la ruta común, mientras que el Imam eligió este camino común que estaba a la vista de todos.
Este grupo fundamentalista que está de regreso en el poder, quien gobernó 5 años, prohibió la educación de las niñas y el derecho al trabajo de las mujeres, y se negó incluso a que salieran fuera de sus casas, sin que un familiar masculino las acompañe “El Mahram”; es decir que los “Talibanes”, restringieron severamente la vida de las mujeres, hasta incluso impusieron una vestimenta denominada Burka.
Los egipcios basaban su sistema de fracciones en jeroglíficos, a los que designaban fracciones de numerador uno. Esto es constatado hoy en día gracias al Papiro de Ahmes (este era el nombre del escriba que lo escribió), que actualmente se conserva en el Museo Británico. El valioso documento tiene 5 metros y medio de largo, y es un fiel testimonio de la aritmética y geometría egipcia. Incluye docenas de problemas acompañados por sus correspondientes soluciones.
Este es el testamento del Ĥusaîn Ibn ‘Alî a su hermano Muĥammad Ibni Ĥanafîah: “Ciertamente que Ĥusaîn atestigua que no hay más dios que Dios, que es Único y no tiene asociados y ciertamente que Muĥammad es Su Siervo y Enviado, y trajo de parte de Dios (para el mundo) el credo verdadero (el Islam) y atestigua que el paraíso es verdadero, el infierno es verdadero y la Hora llegará, no hay duda alguna de ello y que Dios resucitará a los que estén en las tumbas”.
Como su nombre lo indica, esta sura se refiere a la Unicidad de Dios, comprendida en tan sólo cuatro breves aleyas.Su descripción es tan grandiosa, que no requiere en absoluto de ningún agregado. Relató Imam As-Sâdeq (P), respecto a la ocasión de su revelación, que los judíos habían rogado al Profeta (PB) que les describiera a Dios. Él mismo aguardó durante tres días, que la respuesta le fuera revelada. La Sura al-Ijlâs, es el capítulo que refuta el interrogante hecho al Profeta (PB).

Pagination