¿Qué le está permitido a los hombres mirar?Aunque según las aleyas coránicas y las tradiciones la mujer no tiene necesidad de cubrir su cara y sus manos, esto no significa que esté permitido a los hombres mirar a cualquier mujer con cualquier tipo de intención.¿Es aconsejable bajar la mirada? Una mirada de coqueteo está prohibida, al igual que mirar a extraños o personas, que no sean mahram. Un padre que coquetee con su hija, comete un pecado muy grave; un suegro con la mujer de su hijo; o un hombre que mira a otro hombre con lujuria. El deseo sexual está limitado a los contrayentes del matrimonio.
Era de tarde, Ibrahim volvía a casa después de su jornada laboral. Cuando entró al callejón, se le quedó viendo al hijo del vecino que estaba hablando con una chica. Cuando el muchacho notó la presencia de Ibrahim, se despidió apresuradamente y tanto él como la chica se marcharon por rumbos diferentes. Había evitado el encuentro con Ibrahim.
Expondremos lo que los comentaristas tradicionales han aclarado sobre los versículos, entonces, y con ayuda de las tradicio­nes en relación a este tópico y a los edictos de los jurisconsultos religiosos, todo parecerá más claro.Los versículos relativos al hiyab se encuentran en la Sura Nur (La luz) y la Sura Ahzab (los coligados).
El ser humano en su caminar por la existencia siempre se ha interrogado  sobre el misterio de lo oculto, aquello que está vedado en apariencia  a sus sentidos. Pero hay formas en que el ser humano puede hacer comunión con eso que es Oculto y  lograr así una cercanía absoluta con aquello que no percibe por sus ojos sino con su corazón.Sobre este gran enigma en la vida del hombre trata este artículo del gran sabio en materia de irfan o misticismo islámico Ayatola Murteza Mutahari,muy pertinente para aquellos que buscan en el sendero del espíritu.
Estos grandes movimientos y su unión en su Resistencia contra el poder del eje hegemónico de los grandes imperios y sus huestes, son los que seguirán en pie continuando y desempeñando su papel para salvaguardar la revolución y sus logros, en virtud de la aleya: “Preparad contra ellos toda la fuerza y toda la caballería que podáis para con ello atemorizar al enemigo de Dios y vuestro y a otros que no conocéis, pero que Dios conoce” (Corán 8:60)
De Ĥusaîn Ibn ‘Alî a Muĥammad Ibn ‘Alî y a aquellos miembros de Banî Hâshim que estén junto a él. (Y luego...) quien de vosotros se una a mí en este viaje obtendrá el martirio. Y quien no me acompañe, no obtendrá la victoria. Ûas salâm.
Había llovido copiosamente en Teherán y el bulevar 17 de Shahrivar estaba inundado. Algunos ancianos querían atravesar la calle pero no sabían cómo. En ese momento llegó Ibrahim. Se enrolló los pantalones y pasó al otro lado de la calle a los ancianos, uno por uno los cargó sobre su espalda. Ibrahim hacía muchas cosas como esta y no tenía otro objetivo que vencer a su ego, especialmente cuando su nombre andaba de boca en boca entre los chicos.
La religión que ha llegado para mostrarle al hombre el camino hacia la felicidad desde el comienzo hasta el final del tiempo, no puede ser indiferente a un asunto el cual necesitan todas las sociedades, tal como lo es un gobierno. En otras palabras, las normas y regulaciones del Islam son de tal manera que dependen de un gobierno y sin éste el Islam no puede mantenerse con vida.
Gustavo Muytaba Zehnder, musulmán chileno quien estudió Historia de la Civilización Islámica con mención especial en “Al Ándalus” por la Universidad Internacional Al Mustafá nos absolverá algunas interrogantes respecto a la presencia del islam en la península Ibérica y su repercusión en la sociedad actual.
Antes de la entrada del Imam a la Meca, ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, hijo del segundo califa, ‘Umar Ibn al Jaṯṯâb, ya estaba allí para realizar el ‘Umrah preferible y hacer algunos trabajos personales. Cuando decidió volver a Medina, durante los primeros días en que el Imam Ĥusaîn entró a Meca, lo visitó y le propuso paz, conciliación y juramento de fidelidad a Îazîd y, además, le advirtió acerca de las peligrosas consecuencias de la oposición a los opresores pudiendo llegar a una guerra. Según lo narrado por Jûâriẕmî, dijo lo siguiente: “Oh padre de ‘Abudul-lâh! Debido a que la gente le ha jurado fidelidad y a que es él quien posee dirhams (monedas de plata) y dinares (monedas de oro), seguramente se inclinarán hacia él.

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