El Libro del Génesis nos cuenta que Abraham no tenía hijos, ni esperanza de  descendencia, y que una noche Dios lo llamó fuera de su tienda y le dijo: «Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas.» Y mientras Abraham contemplaba las estrellas oyó que la voz decía: «Así de numerosa será tu descendencia.» 15:5  La esposa de Abraham, Sara, tenía entonces setenta y seis años, habiendo sobrepasado hacía ya tiempo la edad de tener hijos, mientras que él contaba ochenta y cinco; ella le dio, pues, su esclava egipcia Agar para que pudiera tomarla como segunda esposa. Pero surgió el resentimiento entre la señora y la esclava, y Agar huyó de la cólera de Sara y clamó a Dios en su aflicción.
La motivación y el consejo dado por el Islam con respecto a la ciencia y a los sabios, fue el mayor medio de conocimiento con que los musulmanes se acercaron a la cultura y a las ciencias humanas. El Sagrado Corán exhorta a la gente sistemáticamente a pensar y meditar en la creación y a reflexionar sobre los secretos de las señales de Dios e indica frecuentemente la superioridad de los sabios y sus grados, incluso llegó a considerar a los “sabios” sucesores de Dios y de sus ángeles, esto mismo como dice Al-Ghazali (Algazel), es suficiente en el mérito y la posición de la ciencia.
¿Se podía haber evitado esta masacre? ¿Por qué los “musulmanes” de Kufa habiéndole jurado fidelidad no lo apoyaron? ¿Si era el nieto del profeta de Dios por qué rechazó la ayuda de los ángeles y genios?
¡Hermano! Tú eres entre todos, el más amado y el más querido para mí y yo tengo la responsabilidad de decirte lo que considero que es beneficioso para ti. Y creo que, por ahora, no debes instalarte en ningún lugar en forma permanente, sino que tú y tus hijos deben permanecer lejos de Îazîd y de esta ciudad y, desde allí, envía representantes hacia la gente y atrae su apoyo. De modo que, si te juran fidelidad, alabas a Dios y si juran a otro, no recibes ningún o. Pero si entras en una de estas ciudades temo que ello produzca discrepancia entre la gente y que un grupo te apoye y otro se levante contra ti; y que todo termine en una masacre en la que tú recibas alguna aflicción y en ese momento es que la sangre de la mejor gente de esta comunidad será derramada vanamente y su familia será humillada.
El Imam Ĥusaîn (la paz sea con él), la segunda noche, luego de decidir su marcha, se dirigió al santuario del Enviado de Dios (la paz sea con él y su descendencia) y con las siguientes frases visitó a su noble ancestro: Oh, Dios mío, esta es la tumba de tu Profeta Muĥammad (la paz sea con él y su descendencia) y yo soy el hijo de la hija de tu Profeta. Ocurrieron sucesos para mí que Tú bien sabes. Dios mío, yo amo lo bueno y lícito y aborrezco lo malo e ilícito. Te pido oh, Dios, Grandioso y Generosísimo, por el derecho de esta tumba y quien se halla en ella, que elijas para mí aquello que te complace a Ti y a Tu mensajero.
La civilización del Islam, que llegó a ser heredera de la cultura antigua del Oriente y del Occidente, no se limitó a las culturas anteriores, ni las imitó absolutamente; más bien las armonizó y perfeccionó. Su periodo de perfección que finalizó con el dominio mongol, fue una etapa de construcción, —construcción de una cultura universal y humana—en un territorio con diversos grupos étnicos como: Ibérico, griego, indio, iraní, turco, e incluso chino.
Cuando se discutía el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el delegado brasileño propuso que la parte del primer artículo que dice “y, dotados como están de razón y consciencia, deben actuar fraternalmente los unos con los otros”, fuera escrito como “Dios creó igual a cada uno y concedió el intelecto y la consciencia”, pero los representantes de algunos otros países estuvieron en desacuerdo y dijeron que no debería mencionarse a Dios y las leyes divinas en documentos relacionados a las Naciones Unidas y así el nombre de Dios fue eliminado del artículo mencionado.
Ciertamente de Dios venimos y hacia Él seremos devueltos. Se deberá despedir al Islam cuando los musulmanes padezcan un gobernador como Îaẕîd. Y ciertamente que he oído de mi abuelo, el enviado de Dios, la paz sea con él y su familia, decir: “El califato ha sido prohibido para la familia de ꞌAbû Sufîân. Y si algún día observáis a Mu’âûîah sobre mi púlpito, hiendan vuestro vientre”. Sin embargo, los habitantes de Medina lo vieron sobre el púlpito del Profeta y no lo mataron. (Por eso) Dios les hizo padecer a Îaẕîd, el corrupto (que era peor que Mu’âûîah).
Con la muerte de Mu’âûîah, a mediados del mes de Raӱab del año 60 de la hégira, su hijo, Îazîd llegó al califato y, sin demora, anunció la muerte de su padre y su propia sucesión –que anteriormente, ya había sido anunciada cuando su progenitor ya había pedido juramento de fidelidad para él- a los gobernadores de diferentes zonas por medio de cartas. También emitió junto al anuncio y confirmación de su jerarquía, la orden de pedir a la gente un nuevo juramento de fidelidad.
"La liberación del Sheij Ibrahim Zakzaky y su esposa no sólo representa la victoria particular de una minoría religiosa mundial; sino también de toda una población que se encuentra sometida a las disposiciones del imperialismo sionista, y que vive en la pobreza, pero además simboliza el triunfo de la resistencia de los débiles contra los poderosos".

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