Las recientes noticias en el mundo han pasado del terrorismo en Medio Oriente al Coronavirus, y para hacerlo frente aparecieron pronósticos científicos, médicos e incluso manifestaciones de líderes evangélicos que han declarado que “los que paguen el diezmo estarán protegidos contra el coronavirus” y es que las organizaciones evangélicas en este último tiempo, no solo se han dedicado a las tareas de “sanación y curación” dentro de sus recintos; sino que también desde sus pulpitos han comenzado a planificar lo que sería la toma de las riendas de los sistemas políticos y de decisión en la zona a partir de que el gobierno de Jesús y el Espíritu Santo deben reinar en América Latina (y en el mundo) por sobre otro tipo de creencias.

El método más fácil y exento de complicaciones para erradicar a un grupo o minoría indeseable de una sociedad consiste en la firme oposición incruenta que se lleva a cabo mediante la unión y la solidaridad del pueblo. La lucha armada, en cambio, necesita de otros medios. Se requiere el armamento, se producen bajas y pérdidas, y se logra el objetivo deseado sólo después de múltiples problemas y obstáculos. Esto sin contar con las aflicciones que provoca. Los líderes hábiles e inteligentes sólo optan por este último medio (la lucha armada) como último recurso y luego de emprender el planeamiento y la preparación necesarias.

En el pasado, dos teorías con respecto al alma eran muy populares entre los filósofos. Una de ellas era la teoría platónica del espíritu o del alma, que propone que la existencia del alma externa, espiritual y anterior a la creación del cuerpo. La segunda teoría pertenecía a los aristotélicos, e Ibn Sina propició una explicación completa para ella.

El siglo veinte es un periodo de grandes revoluciones. La dinastía imperial de los Zares fue derrocada en 1917 por sus mismos súbditos; del zarismo se pasó al comunismo comandado por Marx y Lenin. Los despóticos zares, aunque en guerra con los países musulmanes no le hicieron daño al Islam. Pero el gobierno comunista, durante los últimos 70 años, ha alejado a sus súbditos musulmanes de su religión y cultura.

El hombre posee un alma y un cuerpo, cada uno de los cuales está sujeto a sus propios placeres y enfermedades. Lo que daña al cuerpo es la enfermedad, y lo que le provoca placer consiste en aquello que le da bienestar, salud y todo aquello que está en armonía con su naturaleza. La disciplina que trata de la salud y las enfermedades del cuerpo es la medicina.

Cada una de las acciones mencionadas puede curar potencialmente la enfermedad independientemente o combinándolas. Sin embargo, la mejor forma es acompañarla con nuestras acciones —entre las cuales están la medicina y los tratamientos supranaturales— con la súplica (la cual exige establecer una relación con Dios y pedirle directamente a Él). La razón para esto es que la eficacia del tratamiento médico o de un a medicina en particular, o la intercesión del Imam al-Husein (a.s.) y el polvo de los alrededores de su tumba, se une intrínsecamente a la voluntad de Al-lah (s.w.t).

El bienestar del universo se funda en la educación del ser humano. El ser humano es extracto de todos los seres y los profetas han venido para cambiar esta perfección potencial en una perfección real convirtiendo al ser humano en un ser divino, un ser que posea los atributos divinos y que refleje la sagrada luz de Dios Altísimo.

Qasem Soleimani nació el 11 de marzo de 1957 en la ciudad de Rābor, en la provincia de Kermán, Irán; en el seno de una familia humilde y al final de su vida se convirtió en el mártir musulmán más conocido del mundo.

Hay dos clases de sustento: un sustento el cual perseguimos y un sustento que viene detrás de nosotros. En las narraciones, el sustento que viene detrás de nosotros se denomina “El sustento que busca” y el sustento que nosotros perseguimos es llamado “El sustento buscado”.

El hecho que la herencia de la mujer sea mitad de la del hombre ha hecho que muchos busquen un argumento racional para esto. En las respuestas que nos han llegado de parte de los líderes de la religión, se ha hecho énfasis en el siguiente punto: El motivo por el cual la herencia del hombre es más es por la manutención y gasto de la esposa e hijos. Desde otro punto de vista, es el hombre quien da la dote a la mujer y ella quien recibe.